Acabo de ser repentinamente consciente de que:
1- En
dos días llegan los nuevos Eurodisea a Horta (otra valenciana para el acuario y
un belga para el DOP).
2- En
cuatro días llegan mi madre y mi hermana de visita (¡yujuuuu!).
Así que más me vale actualizar ahora, que vengo cargadita de
fiestas memorables, porque me temo que luego tendré poco tiempo libre.
Veamos, la semana comenzó con la
bonita sorpresa de que el miércoles era festivo, con lo cual me encontré de
pronto con que podía celebrar San Juan con nocturnidad, alevosía y completa
tranquilidad. Por lo visto es una fiesta bastante importante en Portugal, sobre
todo en la parte continental, pero aunque aquí también se hacen hogueras y sardinhadas, las celebraciones (que
varían según la zona) no suelen estar relacionadas con el mar y los chapuzones
nocturnos. Precisamente debido a una sardinhada
de graça (o sea, gratis), decidimos ir al bar La Fábrica, en Porto Pim;
pero a pesar de que allí nos encontramos con mucha gente conocida, el ambiente
general era como muy de tranquis y no dudamos en aceptar boleia cuando unos amigos nos ofrecieron ir a la fiesta que se
celebraba en la Caldeira. Ésta no se diferenciaba mucho de una verbena media
azoriana: puestos de comida y bebida, luces y una orquesta que toca canciones
para bailar en pareja (la famosa balerica,
que les tiene casi tan locos como las
chamarritas, las cuales vienen a ser lo mismo pero en círculo y con un
señor gritando la coreografía). La novedad era una hoguera del tamaño de un
tipi indio allí puesta en medio del bosque. Comprobado el ambiente y tras un
par de cervezas, decidimos volver a nuestro punto de origen para ver si la cosa
se animaba.
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Horta à la nuit. No tengo fotos de la noche de San Juan. |
Cuál no sería nuestra sorpresa al
encontrarnos a la vuelta con que al acabar su actuación el grupo musical tipo chill
out, las masas enfervorecidas (tras acabar con todas las existencias de cerveza
y pasarse a los licores autóctonos) habían tomado el local al asalto y decidido
que la animación musical corría por su cuenta: djembés, botellas de vidrio y
fuentes de acero para el horno, cualquier cosa servía para armar barullo. Tras varios
avisos suplicantes del dueño del bar diciendo que la hora de cierre se había
pasado hacía tiempo, y un no tan breve tira y afloja, unos cuantos nos dirigimos a la playa para intentar
acabar la noche “a la española”. La idea en principio era encender una mini
hoguera para quemar deseos y recordar el hogar, pero lo que empezó con un clínex
acabó con unas ramas y cuando me quise dar cuenta eran casi las 7 de la mañana
y estaba desayunando pasta con el italiano y otro chico más que cayó derrumbado
de sueño en el suelo de nuestra cocina ¿Y en medio? Canciones y bailes
alrededor de la hogera, bajo un cielo estrellado. Una de las mejores noches de
San Juan que recuerdo.
Como ya he avisado de que este
post iba de fiestas, voy a dejarme de acuarios y leches y pasar directamente al
finde. El viernes hicimos una cena en casa con nuestras amigas las guiris locas
porque una de ellas, Tara, se volvía el sábado a su Bélgica natal. La presión
era mucha porque la última vez que nos invitaron a su casa, un amigo había
pescado cinco vejas (unos peces de
aquí) enormes y una buena cantidad de lapa
burra y nos pusimos las botas con un montón de comida fresca y deliciosa. Así
que cocinamos unos cuantos platos para no dejar a nuestros invitados con hambre
y ellos trajeron unas cuantas botellas y una caja (de cartón, de tres litros y
con grifito, aquí es muy típico) de vino para que no pasáramos sed. Nos lo
pasamos genial porque ellas son geniales y de casa fuimos al Clube Naval y a la
disco Barão para terminar la
noche…una buena despedida para la princesa belga ;)
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Post cenita en casa. No, no me he quemado, es la luz. |
Aunque el sábado me costaba moverme
y no podía ni con mi alma, una serie de siestas encadenadas me permitieron
recargar la energía suficiente para ir a una fiesta en un barco en tierra. Sí,
a lo Chanquete pero más cool. La excusa para la fiesta era el día de San Pedro,
nombre del dueño del barco; y, como ya viene siendo habitual por aquí, el
anfitrión sólo pedía en su invitación abierta de Facebook que trajéramos
nuestra mejor sonrisa y opcionalmente algo para beber. Aunque ya me habían
hablado de este barco anclado cerca de la Praia
da Fajã, aún no había tenido ocasión de visitarlo por su lejanía,
pero lo que encontré superó mis expectativas con creces. El barco no es que sea
muy grande, pero tiene un sofá, una cocinita, un dormitorio y un cuarto de baño,
todo la mar de apañao. Para entrar al terreno tienes que cruzar la cubierta del
barco y bajar unas escaleritas, y apareces en una especie de jardincillo cuya
toda construcción es un círculo de troncos de madera alrededor de una hoguera; pero
habían montado una especie de toldo bajo el cual había unos micrófonos y
altavoces para los músicos, una especie de barbacoa que trabajaba sin cesar y
una mesa y unas neveritas de las de playa llenas de comida deliciosa y brebajes
variados.
Debíamos ser unas 50 personas, y
el ambiente era tan guay que ni la lluvia (¡yeah, viva el clima azoriano!) nos
echó de allí hasta pasadas unas cuantas horas…y no fue para irnos a casa sino
para bajar a la verbena de San Pedro que se celebraba en una plaza frente al
mar. Lo que al principio parecía la verbena tipo con sus balericas y todo lo ya anteriormente especificado, se convirtió de
repente en una neon-party. De guateque a rave en 0’4 segundos… ¿cómo? Pues
cambiando la orquesta por un dj, apagando las guirnaldas de lucecillas para
encender unas luces negras y empezando a tirar pintura fluorescente y a
encender bengalas. Lo más normal del mundo, vamos. Y sin olvidarnos de la
lluvia, que iba y venía de manera intermitente pero no leve. Fue una noche de
lo más surrealista, en la que me sentí como uno de los protagonistas de The Walking
Dead, mi aquarius y yo rodeados de zombies ¡Faial está lleno de sorpresas, y la
mayoría son buenas!
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Momento bengala en medio de la neon-party. Locura. |
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De vuelta en casa, con algo de pintura en la frente. La peor parte se la llevó mi chaqueta... |
Y nada, esta vez tenía mucho que
contar pero pocas imágenes que mostrar, supongo que sabréis comprender ;) La
próxima vez os hablaré de mis super visitas, ¡julio va a ser un mes genial!
¡Beijinhos a todos, ya queda menos para vernos!